Las iglesias talladas en la roca de Lalibela, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978 , son un conjunto de iglesias rupestres excavadas en la roca basáltica rojiza de las colinas de la ciudad monástica de Lalibela, en Etiopía
Las iglesias fueron mandadas construir por el monarca de Lalibela, quien reinó entre los siglos XII y XIII. Así lo atestiguan las Actas de Lalibela, obra publicada en el siglo XV y que cuenta como el santo rey fue arrebatado al cielo, donde pudo contemplar construcciones maravillosas, y que Dios le ordenó hacer algo parecido en el lugar que él le indicaría una vez vuelto a la tierra.
Las mismas Actas afirman que, en los años que duró la construcción, los ángeles se unían a los trabajadores durante el día, mientras por la noche, cuando los hombres dormían, ellos solos hacían el doble de trabajo de una jornada.
Los estudiosos se encargan de apuntar que la culminación de la docena de iglesias principales de Lalibela y de las otras que se encuentran por las montañas de los alrededores debió suponer no menos de un siglo de trabajos.
Las iglesias de Lalibela se distribuyen en dos grupos principales, separados por el canal de Yordanos, que representa el río jordán, pero comunicadas entre sí por túneles, pasadizos y trincheras. El lugar fue concebido para que su topografía correspondiera a una representación simbólica de Tierra Santa. Una cruz monolítica marca el punto de partida del recorrido efectuado por los peregrinos.
La más grande es la de Beta Madani Alem, y la más conocida, la de Beta Gyorgios.
Fuente: wikipedia.org, Tejiendoelmundo.wordpress.com, Espirituviajero.com